
“Me cansé del cielo gris, enfermizo, mísero. Me cansé de soñar con el último tren que partía de Moscú y atravesaba Siberia hasta llegar a Vladivostok. Pronto supe que Vladivostok no era más que un decorado obsceno, improbable, donde sólo había simulacros de bailes y sexo desalmado. Pronto supe que Vladivostok no existía, y decidí escaparme antes de que empezara a convencerme de que tampoco yo existía. No quise volver a extraviarme en el puerto de Marsella, ni que mi maleta llegara a Indochina en el estómago de un barco. Odiaba esa Indochina tan limpia, tan suave, tan triste. Me fue más difícil decidirme a hacerlo que salir de ese lugar que para ustedes es diversión pero para mí se había convertido en una pesadilla terrible. Siento, de verdad, que haya sucedido todo esto, pero mi intención sólo era ser libre.
Greta Wenderglaszt”
Esta nota fue encontrada por miembros de la gendarmería francesa sobre el cadáver de Cédric Olmert, custodio del Cine Cambore de París, donde se proyectaba la última copia de la película “Cabaret en las tripas del difunto”, en francés “Cabaret dans les entrailles du mort”, el día 27 de abril de 1952. Olmert apareció asesinado en la puerta de acceso a la sala de proyecciones por la derecha. Tenía dos disparos de bala, uno en la frente y otro en el pecho.
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